domingo, 29 de mayo de 2011

El reencuentro mismo

Y bueno en nuestro encuentro con Laura, debo decir que tomé una buena decisión con ir, porque la pasamos rebien..
En teoría, sólo íbamos a tomarnos una cerveza (vamos por una, como solemos decir), pero la tradición dice que cuando "vamos por una", vamos por una y una y una y una y una y una....hasta terminar borradas (y vomitadas, en mi caso).
Pedimos una cerveza (de litro) para las 4, la que nos daba justo 4 vasos. Podríamos tomarnos un terremoto (pipeño-especie de vino blanco-, con helado de piña, granadina y algún otro licor) después. Sí, sí, sería bueno. Bien partimos con nuestro primer vaso, qué? dónde se fue el contenido de mi vaso?, que ya me lo tomé?...uf no me di ni cuenta. Dame un poquito del tuyo que vas muy lento. Dónde están los terremotos?, cómo alguien se puede demorar tanto metiendo el helado en un vaso?.
Bueno ya ven que tenía muchas dudas...pero no todo fue monologo sobre el alcohol. Laura era la protagonista ese día, así que nos contó más o menos lo que había sido de su vida este año. Nos contó que  encontró trabajo de animadora de fiestas infantiles, cosa que nunca hubiese imaginado de ella, le gustan tanto los niños como a mi....pero ganaba bastante bien (para tratarse de eso), o quizás quiso alardear, pero puso el dinero sobre la mesa y nos invitaba todo el alcohol que quisieramos.
Yo andaba pobre como una rata, pero no me preocupaba porque Galia debía correr con mis gastos, ya que la última vez la había invitado yo.
Cuando terminaron los terremotos, llegaron 2 cervezas más, y eso, sumado a no haber almorzado es igual a "todo da vueltas aquí" más un hambre de Keniano.
Además de su nuevo trabajo, nos contó que volvería el próximo año. Por qué no el otro semestre? le pregunté yo. Porque prefiero descansar. Vas a juntar el dinero que ganes para aportar con los pagos de la universidad? volví a preguntar yo. No, ese dinero es para mi, además mi mamá ya encontró trabajo.
En algún punto de esa conversasión, me di cuenta lo distintas que somos...pero quién soy yo para juzgar?. Sólo no quise decirle lo evidente; el otro año va a andar llorando porque está sola en los ramos y se atrasó un año (por lo menos), y es que Laura es muy pero muy dependiente, de hecho no habla con nadie más.
Y después, lo entretenido...sus historias escabrosas, de las que me cuesta creerle completamente, porque la conozco. Resulta que a Laura, le encanta salir y beber cócteles (no como nosotras, cerveceras empedernidas...machorras) y siempre nos cuenta que pincha (liga) con los hombres más guapos (muy dudoso...muchos rulos, exceso de peso, muy tímida, etc) y después termina en la cama de ellos y no se acuerda de nada. Pero contado con gracia, así que muchas risas.
Sólo miradas con Galia, diciendo por lo bajo "Yo nunca sería capaz de eso", me refiero a ir a hablarles, tomar la iniciativa...
Muchas risotadas rayando en el histerismos después, y de mi tradicional vómito etílico, decidimos (yo no en realidad) ir a una disco, para el alivio de las pobres almas presentes, que me imagino estaban hartas de escucharnos. Y nos fuimos, no sin antes escupir en el suelo (yo fui la asquerosa) y Pepa cubriéndolo, porque según ella tenía frío...sí, muy irreal nuestros estados.
Partir a la disco ufff, esa si que no fue buena idea. Era lejísimos, tomamos las bicicletas y ni recuerdo bien el camino. Llegando allá compraron más cervezas....noooooooo, ya no podía más y las chicas miraban, buscando a su próximo príncipe, pero la verdad sea dicha, nadie nos miró ni con desprecio.
Para mi la velada había terminado en el bar, ya tenía mi cuota de alcohol y las discos me causan comezón. Así que hice lo que siempre hago, insistir con irnos hasta vencerlas, como niña mimada, pero por fin, lo logré!. Al final casita, comida, camita y dormir. Con lo que había deseado ese momento.
Pero aún quedaba un largo regreso a casa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario